Tanto los animales como los seres humanos presentan en algún momento de su vida algún tipo dolor. Según la International Association for the Study of Pain (IASP) el dolor se define como “Una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con, o similar a la asociada con, daño tisular real o potencial”.
El dolor es uno de los motivos principales por los que se acude a consulta médica. Puede presentarse de forma aguda (de corta duración) o de forma crónica (prolongado en el tiempo). Además, existen diferentes tipos de dolor según su fisiopatología como es el dolor nociceptivo cuando es originado por la estimulación de nociceptores (receptores cutáneos o subcutáneos especializados en la detección de estímulos dañinos/nocivos) o dolor neuropático cuando es originado por una lesión o enfermedad en el sistema nervioso somatosensorial.
Actualmente el manejo para tratar estas dolencias se basa principalmente en la administración de analgésicos donde se usan fármacos antiinflamatorios u opioides pudiendo ocasionar a veces un impacto negativo en el sistema inmunológico, el tracto gastrointestinal, el hígado y los riñones. Además, no siempre funcionan tan bien como nos gustaría que lo hicieran, tanto para los humanos como para otros animales.
Si algo tenemos en común los seres humanos y los animales vertebrados, como son mamíferos, aves, reptiles, peces y anfibios, es la presencia de un sistema de señalización entre el cerebro y el organismo llamado Sistema Endocannabinoide (SEC) capaz de regular funciones tan importantes como la captación de energía, la respuesta inmune, el procesamiento y almacenamiento, la reproducción y el destino celular. Este sistema está compuesto por moléculas producidas a demanda por el organismo, los endocannabinoides, Anandamida y 2-araquidonilglicerol (2-AG), y por receptores cannabinoides, CB1 y CB2, que se activan cuando se acoplan los cannabinoides.
Una fuente natural de cannabinoides es producida por la planta Cannabis Sativa L. que, junto a otros componentes presentes en la planta como los terpenos y flavonoides, presentan propiedades terapéuticas reconocidas en base a la evidencia científica.
De todos los usos de la Cannabis Sativa L. en la medicina humana y veterinaria, el alivio del dolor es quizás el mejor documentado. La investigación científica ha demostrado que la Cannabis Sativa L. produce efectos para aliviar el dolor en una variedad de afecciones médicas.
En un estudio reciente aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo de cannabidiol (CBD) diario para el tratamiento del dolor de la osteoartritis canina mostró por primera vez tanto en pruebas de laboratorio como en modelos de ratones, que el CBD, un producto derivado del cáñamo (Cannabis Sativa L.), puede reducir significativamente la producción de moléculas inflamatorias y células inmunes asociadas con la artritis.
El estudio mostró que, en los perros diagnosticados con la afección de osteoartritis, el tratamiento con CBD mejoró significativamente la calidad de vida según lo documentado por las evaluaciones del propietario y del veterinario. Este trabajo respaldaría la evaluación científica futura del CBD para la artritis humana.
Cannabis Sativa L. como uso medicinal puede ser de gran beneficio para los animales con dolor.
Siempre consulte con su veterinario antes de comenzar cualquier medicamento nuevo o suplemento.